lunes, 24 de octubre de 2016

COMENTARIO ELEISON Número CDLXXXIV (484) - 22 de octubre de 2016

Raciones de Combate
Cuando instituciones Católicas caen a pedazos,
Sacerdotes deben ayudar al hogar a soportar machetazos.
En asuntos militares es normal que generales y soldados por igual tengan en mente más bien la última guerra que la que ellos están ahora peleando. ¿Quién imaginó una guerra de trincheras antes de la Primera Guerra Mundial? Sin embargo, para la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo entreguerras de tanques había ya hecho obsoletas las trincheras. Semejantemente en asuntos religiosos. El siglo 21 ya no es más el 20. Los Católicos Resistentes desde el 2012 ciertamente esperan demasiado al estar esperando cualquier cosa parecida al establecimiento y expansión de la Fraternidad de San Pío X en el siglo pasado. Por ejemplo, de dos admirables Resistentes de hoy viene un lamento general y uno particular, ninguno tal vez totalmente sabio . . .
El lamento general es que la “Resistencia” se está desmoronando más que avanzando. Estos “Comentarios” a menudo ponen entre comillas la palabra “Resistencia” precisamente para sugerir que la resistencia Católica a la Conciliarización de la FSSPX no es todavía ningún tipo de organización sino más bien un movimiento vago con un objetivo preciso, salvar la Fe Católica, pero hasta ahora con poca estructura que le ayude a hacerlo. Sin embargo, que los Resistentes cobren ánimo porque mientras el hombre propone, Dios dispone, de manera que lo que puede parecer un fracaso humano puede no ser un fracaso desde la perspectiva de Dios Todopoderoso.
Así, en la década de los 1970, Monseñor Lefebvre propuso movilizar media docena de obispos Católicos con el fin de arrojar una verdadera barricada en el camino de los Conciliaristas destruyendo en ese entonces la Iglesia, pero Dios dispuso otra cosa. En este su propósito Monseñor fracasaría pero, al intentarlo, él tuvo éxito en construir una tesorería mundial para salvaguardar los tesoros de la doctrina de la Iglesia, Misa y sacerdocio para mejores tiempos. Semejantemente, hay ahora Resistent es proponiendo construir un reemplazo para la amenazada FSSPX, y su aparente debilidad (al menos hasta ahora) puede sugerir que este reemplazo no está en los planes o disposiciones de Dios Todopoderoso. Sin embargo, intentándolo, los Resistentes están ayudando a asegurar (al menos por ahora) la supervivencia de la Fe Católica, lo cual es ciertamente una disposición de la Providencia.
El lamento particular es que si solamente la “Resistencia” tuviera escuelas, muchos padres de la FSSPX engrosarían los rangos de la “Resistencia”, como no pueden hacerlo ahora porque sus niños serían inmediatamente echados de las escuelas de la FSSPX para las cuales no hay actualmente alternativa decente. Pero, de nuevo, estamos luchando por la Fe en el siglo 21, no en el 20. Antes, en la década de los 1980, había todavía suficientes padres, maestros y sacerdotes Católicos con ideas afines como para formar ese marco triangular dentro del cual los niños casi tienen que crec er derechos. ¿Pero hoy? Hoy uno se entera de una escuela de la SSPX para varones que ha sido en serias dificultades debido a un estallido dentro de sus paredes de ese pecado contra natura que clama al Cielo por venganza. Pero, ¿qué paredes pueden hoy detener a los adolescentes para llegar a conocer sobre esa glorificación del pecado entre la masa de los hombres adultos de su país y de una nueva palabra inventada para condenar la condenación del nuevo vicio –”homofobia”? Y, ¿desde cuándo los adolescentes no deben imitar a sus adultos? De hecho, ¿cómo puede cualquiera hacer funcionar una escuela de varones desde la invención del Internet, con acceso de bolsillo a él? ¿Son todavía posibles las instituciones Católicas?
En la guerra religiosa de hoy, el orden del día es seguramente el de raciones de combate, significando lo estrictamente necesario para la supervivencia del soldado, aquí para mantener la Fe. Esta guerra debe ser ganada en el hogar o será perdida. Dios da a los padres un poder natural para formar a sus niños, poder que sobrepasa por, digamos, cinco a dos, el poder de cualquier institución para deformarlos, pero solo mientras los padres se aferren a su poder. Un pequeño timón puede dirigir un gran barco, pero no si el timon el lo suelta. Si los padres sueltan a sus niños, ellos no pueden culpar al mundo por conducirlos al Infierno. Y, si algunos padres han querido que las escuelas de la FSSPX capaciten a sus niños para el mundo más que para el Cielo, ¿no podría estar aquí una razón importante del por qué la FSPX ha resbalado?
Kyrie eleison.