jueves, 6 de julio de 2017

ROMA Y MONS. FELLAY: UN INTERMINABLE JUEGO DE LA OCA

Hace dos meses Mons. Fellay debió enfrentar a los decanos del distrito de Francia que rechazaron públicamente las disposiciones liberales previstas por Menzingen y Roma para la administración del sacramento del matrimonio en el seno de la tradición. Una carta pública oponiéndose a estas disposiciones recogió casi 700 firmas en algunas semanas. Los numerosos comentarios mostraron la exasperación de los fieles frente a las intrigas del actual superior de la FSSPX. Para tratar de salvar su negociación y su autoridad, Mons. Fellay castigó a los sacerdotes recalcitrantes con sanciones muy duras.
A pesar de los múltiples actos de vasallaje del Obispo suizo, le dieron una ducha fría. El Cardenal Müller puso fin a las negociaciones. No a la regularización sin una adhesión plena y completa al concilio Vaticano II: cada miembro de la FSSPX deberá primeramente hacer la profesión de fe de 1988, en segundo lugar deberá aceptar explícitamente las enseñanzas del concilio Vaticano II y del período posconciliar y en tercer lugar, deberán reconocer no solamente la validez sino también la legitimidad de la nueva misa y de los sacramentos de Vaticano II.
Este 29 de junio, tomando la palabra después del desayuno de las ordenaciones en Ecône, Mons. Fellay habló de un “garrotazo” y dio a conocer su decepción: “es como en el juego de la oca. Casi llegábamos al final y hemos caído de la casilla: regreso a la casilla de inicio. He aquí que todo se ha venido abajo, es necesario recomenzar de cero”.
¿Todo para esto? La oca debe desconfiar de los zorros. La reacción brutal del Cardenal Müller, que viene después de largos años de negociaciones más o menos secretas, dice mucho de los compromisos de Mons. Fellay durante este juego de la oca…
Mons. Fellay ya no tiene la confianza de muchos de sus sacerdotes y numerosos fieles. Ahora es desairado por Roma. Su plazo expira el año próximo…
Michel Lefranc